En Mont-roig del Camp, en la falda de una ermita desde la que se divisa el mar, hay un olivar centenario que produce un magnífico aceite virgen extra ecológico. Sus olivos duermen bajo el aura de paz que emana de la roca y se alimentan de la fértil tierra de Mont-roig, la montaña roja que abriga sus perlas arbequinas y las trata como lo que son: las reinas del mediterráneo.
Nuestro aceite se obtiene mediante procedimientos mecánicos en frío, reposado durante dos meses y envaso sin flitrar.